La Baule-Escoublac: La reina de las playas atlánticas lleva años enamorando a los visitantes.

La reina de las playas atlánticas lleva muchos años haciendo las delicias de los visitantes. Su historia se remonta a 1879, después de que el pueblo de Escoublac quedara sepultado por una violenta tormenta. Desde entonces, La Baule se ha volcado en el turismo y ofrece un amplio abanico de actividades culturales. La oferta de actividades es casi ilimitada y, además, fuera de la ciudad encontrará descubrimiento tras descubrimiento por toda la península de Guérande. Ya venga un fin de semana, una semana o más, La Baule le sorprenderá.

Durante su estancia aquí, no se pierda la oportunidad de navegar por la bahía de La Baule, o de practicar moto acuática o kayak. La bahía de La Baule es un templo de las actividades náuticas en la costa atlántica.

Después de la playa y el océano, piérdase por las calles del centro de La Baule y el famoso barrio de La Baule-les-Pins.

Aquí podrá admirar 15 villas catalogadas de notables estilos arquitectónicos.

Estas mansiones son testigos del glamuroso pasado de la perla de la Côte d'Amour.

Si le apetece verde y pasear bajo los árboles, diríjase al Parque des Dryades y al bosque de La Baule-Escoublac.

Le encantará la variedad de especies y la belleza del pinar marítimo.

La estación balnearia de La Baule sigue siendo un destino chic.

Como tal, el municipio presume de un alto nivel de servicios y comodidades.

No faltan hoteles de alta gama. La Baule cuenta con un campo de golf de renombre internacional, así como con un espectáculo ecuestre que atrae a más de 30.000 visitantes cada año.

Otra de las bazas de la región es la ciudad medieval de Guérande, cuya arquitectura es un libro de historia abierto sobre la ciudad. La ciudad es famosa por sus murallas y sus salinas.

Por último, pase el día en Le Croisic. A los niños les encantará este pequeño puerto con sus casas catalogadas y su famoso Océarium. Es una enciclopedia viviente de los océanos del mundo.

Estas diferentes opciones de visitas y descubrimientos demuestran hasta qué punto la ciudad puede satisfacer a todo el mundo.

De hecho, en la región de La Baule hay para todos los gustos.

Si es un amante de la naturaleza o un fotógrafo, diríjase a las marismas.

Las familias podrán disfrutar de los 9 kilómetros de playa de arena a lo largo de una de las bahías más bellas del mundo.

Y si es aficionado a la buena mesa, los restaurantes de la ciudad ofrecen una selección de los pescados y mariscos más frescos.

Tampoco se olvida de los amantes de la música, ¡con el famoso Festival de Jazz de La Baule!

De hecho, La Baule y la península de Guérande tienen tanto que ofrecer que una estancia aquí no es suficiente.